Peliculas, Libros y otras Yerbas

En el post anterior (“que se vaya Cristina”) critiqué un poco al gobierno, pero despues de ver un par de documentales y de leer un par de libros me acordé de la frase “…si no eres parte de la solución, eres parte del problema”. La gente critica al gobierno, a los jugadores de futbol, a los directores tecnicos, a los actores, al cine, a los productores, a los famosos, etc. Pero, la gente que critica, es capaz de lograr un mejor rendimiento que aquellos objeto de sus criticas? Por ejemplo, esos que miran un partido de futbol y se pasan criticando como juegan los jugadores, serian capaces de jugar en 1ra “A” sin que los manden al banco? Esos que critican a los DT, serian capaces de dirigir un equipo, aunque sea de barrio? Los que critican a los actores, alguna vez al menos representaron a algun personaje en la escuela? Lo hicieron bien? Quien critica alguna pelicula de Spielberg, Kubrik, etc. Alguna vez dirigió un grupo de actores, camarografos, editores, iluminadores, etc? El pintor, asesino de Maria Iribarne, en El Tunel, de Ernesto Sabato, odiaba a los criticos de arte por eso.
Cualquiera critica, hasta el más mediocre de los mediocres, y muy pocos hacen. En la práctica, quienes HACEN son los que menos critican, si es que alguna vez lo hacen. Hay que cambiar el enfoque. En lugar de pensar en lo que no queremos, tenemos que pensar en lo que SI queremos, en nuestras metas, nuestros sueños, en las cosas que tenemos que empezar a hacer para lograrlos. La pelicula/documental “El Secreto” (The Secret: Law of Attraction) habla de eso, tambien Norman Vincent Peale en “El poder del Pensamiento Positivo” (libro recomendado por Donald Trump).
Alguien que sepa de cine, en lugar de criticar, puede agarrar un par de camaras, un par de actores, un buen guion, y hacer una pelicula simple, de casi cero presupuesto, pero que sea muy buena, como The Man From Earth, que transcurre el 99% dentro de una habitación, sin efectos especiales, ni nada raro.
Por donde empezar a hacer lo que a uno le gusta? Leyendo, leyendo libros de gente que ya lo haya logrado, a los maximos exponentes. De nada sirve escuchar o pedir consejos a gente que nunca haya hecho lo que queremos. Si es posible hablar con alguna persona que lo haya mejor, y si esa persona está dispuesta a enseñarnos, mejor aún. Y tambien es bueno que nos enseñe el valor de la experiencia.
Alguien a quien admiro mucho, dueño de varias empresas exitosas, me pidió una vez que le instale software de GIS a un conocido suyo, cuando le pregunté cuanto debia cobrarle me dijo: “no menos de $300″. Me pareció mucho teniendo en cuenta que solo era poner un CD y esperar 10 minutos. Unos dias después, antes de ir a instalar el software, le pregunto de nuevo, por las dudas: “esta seguro de que debo cobrarle $300? …no es mucho?” …a lo que me respondió con la siguiente historia: “habia un señor que usaba su auto para trabajar, un viajante. Un dia se descompuso su auto, asi que va a un mecanico para que vea que le pasa y cuanto saldria el arreglo. El mecanico le dice que el arreglo saldrá $1000 y que el auto estaria listo en una semana. El señor no podia esperar una semana, asi que pide recomendaciones y va a otro mecanico. Este otro le dice que el costo es de $2000 y que estará listo en 3 dias. No podia esperar 3 dias, asi que va a otro. Este le dice que son $3000 y tardará un dia. Como el señor debia viajar en unas horas busca otro mecanico más. Este último le dice que en un rato el auto está listo pero va a costarle $5000. -Esta bien, acepto- dijo el señor, que necesitaba el auto urgente y se pone a observar al mecanico. Este examina todo el auto, se va y vuelve al ratito con un martillo. Vuelve a examinar el motor, lo pone en marcha, escucha, y da un martillazo sobre una parte del motor, con lo que este empieza a funcionar correctamente. Asombrado, el señor le dice -y usted me está por cobrar $5000 por un martillazo?- a lo que el mecanico le dice -No, el martillazo sale $1, le cobro $4999 por mi experiencia-” Después de contarme esa historia me dijo “andá y cobrale lo que yo te digo”. Obviamente lo hice, temblando dije “son $300″, y para mi sorpresa, sin chistar, esta persona saco 5 billetes de $100 que supongo era lo que pensó que yo iba a cobrarle, y me dió los $300.
Hoy en dia, cada vez que me piden algun trabajo me acuerdo de esa anécdota, y espero algun dia contar con esta persona para que me enseñe de nogocios.

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